BLOQUEO
Se levanta a las siete
puntual cada mañana. Mientras sorbe en silencio el café, termino de anudarle la
corbata. Su mirada divaga perdida en el infinito cielo crepuscular. Por disimular su tristeza, asegura
que le emociona el frágil equilibrio del tráfico. «Un ecosistema perfecto»
suele sentenciar. Habla así desde que engaña las horas en algún parque viendo afanarse
a hormigas y arañas, o pelearse patos y palomas por las migajas del pan que
cuando no miro se guarda.
Antes de salir
con su maletín descolorido, me cuenta que hoy toca juzgados. Ayer tenía
la renovación del DNI.
¿Qué inventará mañana? Lleva desde el despido
fingiendo, y sollozando a escondidas en el baño. A mí no me quedan
lágrimas ya.
Le veo
subirse al autobús que va en sentido contrario. Ni siquiera en eso repara. Ni
en que la chaqueta crema que
lleva puesta no combina con la corbata de rayas.