A FUEGO LENTO
A Nel por un oído le entra y por otro le sale lo
que comentan las muyeres entre
fogones. Qué más le da a él si asustaron a las fabes, si toca añadir el azafrán,
el chorizo, la panceta, si ahora un rato haciendo chupchup. Pero no les quita ojo, porque el olor del puchero le hace
literalmente la boca agua y ni se entera de que se le está cayendo la baba
hasta que la madre le ajusta el babero, le da una cucharada y siente un enorme
placer al deshacerse por primera vez una fabe en su boca.