MARILYN HA MUERTO
En el pabellón de chaladas,
las internas van cumpliendo años y se ofician funerales con cierta regularidad.
La última en llegar ocupa la cama de la finada del día anterior, una que mugía
porque decía que era una vaca.
Mientras va colocando sus
bártulos en el armario informa a su compañera de habitación de que es Duquesa
de Nevada, y que así la ha de llamar. A cambio, le permitirá usar su maquillaje.
Y qué más quiere ella, que desde que la encerraron aquí, sesenta años atrás,
está con la cara lavada, pues tiene prohibido aplicarse carmín, máscara de
pestañas, rubor en las mejillas, nada de nada. No recuerda bien por qué, pero
mientras la Duquesa le ahueca una peluca rubia que ha traído, porque está
calva, y se pinta un lunar, a Norma Jean le empiezan a rodar unos lagrimones
que le embadurnan de rímel toda la cara.