lunes, 26 de diciembre de 2022

Jubilación

JUBILACIÓN

Cruzaban de acera al verlo acercarse por la calle y apuraban de un trago el vino para huir despavoridos cuando entraba en la cantina. Porque en aquella isla griega los vecinos sabían que, como saludaras a Teseo, rey expulsado de Atenas, se te hacía de noche escuchando sus batallitas: que si tengo dos padres, Poseidón, el dios del mar, y Egeo; que si me he cargado a no sé cuántos gigantes; que si he derrotado al Minotauro a puñetazos; que si ni el veneno pudo conmigo. Y que si patatín y patatán.

Y a Teseo, curtido en mil contiendas, al principio le dolía el rechazo y por lo bajinis les llamaba provincianos, gente con pocas miras, deslomados sobre sus viñedos hasta la última LUZ del día, recolectando, prensando y desollando uvas. Pero observando a esos campesinos que nunca saldrían de sus tierras terminó renegando, apesadumbrado, de ser una leyenda mítica.