lunes, 26 de diciembre de 2022

El padrino

EL PADRINO

¡Porca miseria!, reniega don Luciano cada domingo por la tarde. Cada vez le cuesta más empezar los lunes, porque organizar los turnos de trabajo a sus secuaces, ¿quién dijo que fuera fácil? Que si rebana la oreja de un secuestrado; que si prende fuego al automóvil de un policía; que si manda una cabeza de caballo dentro de una caja a un juez; que si friega bien la sangre de los fajos de billetes… Y además, para que todos mueran de envidia, tiene que representar el PAPEL de machote, ordenar traer a las putas más guarras y correrse en sus bocas de muñeca hinchable, ¡qué asco!, con lo a gusto que está él yendo a misa con su familia, trinchando un pavo asado en su casa y durmiendo la siesta después de hacer el amor con su mujer, «mi tesoro», en la postura del misionero y con la luz apagada.