LOS
VIAJES DE JUANJO
Mientras juega con un cangrejo
en la orilla, Juanjo saluda a los delfines que brincan sobre las olas del mar.
Ha estado nadando con ellos toda la mañana y parece que se le ha abierto el
apetito. Con una roca golpea un coco y se tumba a la sombra de una palmera para
saborearlo sin prisa. Después irá a buscar palos y palmas y seguirá con la
construcción de su balsa, no quiere que sus padres estén tristes pensando que
le ha pasado algo malo. Juanjo es estos días un Robinson Crusoe de once años y
lo único que le fastidia es que todavía no le haya crecido la barba.
La semana pasada, estuvo
navegando por el Mississippi con sus amigos, los piratas Tom y Huck. Y aunque
prefiere la playa porque allí no hay escuela, a veces los echa mucho de menos.
Pronto emprenderá un nuevo viaje,
pues en el escaparate de la librería de su barrio ha visto en una portada la
foto de tres niños aprendices de mago y le ha seducido bastante la idea.
Además, sabe que siempre que lo desee podrá regresar a su isla desierta.