ENCANTAMIENTO
Le pareció mágica su luna de
miel rural: el murmullo del arroyo acompañado del coro de ninfas y hadas, los
cientos de cometas que surcaban un cielo de purpurina malva y, por supuesto,
las caricias y el revuelo de sábanas en el colchón de agua.
Cuando los días de ensueño
terminaron, ya todo le molestaba: el canto del gallo de madrugada, oír a cada
hora las campanadas, las arañas dentro de la habitación, las vacas llenas de
boñiga pegada…
Más adelante se enteraría de
que aquello era lo normal; en un segundo se rompe el hechizo y pasas de novia a
casada.