Los autores de este micro
fuimos Esperanza Temprano, Beto Monte Ros y yo. El azar quiso unirnos para
componer un texto a tres manos, primera experiencia mía en estas lides. Ha sido
toda una satisfacción participar con estas dos grandes personas en esta
propuesta de estanochetecuento.blogspot.com. Gracias, chicos.
JUNTOS Y REVUELTOS
Lo
peor cada mañana no es oír los aullidos del despertador recordándome de lunes
a sábado que soy un puto becario sin sueldo. Ni ver al viejo partir en dos las
galletas para que duren toda la semana. Ni siquiera el bochorno que siento
cuando guardo en el bolsillo las monedas que deja mi madre debajo del llavero
en el vestíbulo, con una nota para que no olvide sellar la bonoloto y que yo,
seguro de que nunca logrará un premio, me gasto en cigarrillos.
No.
Lo deprimente es levantarse temprano los
domingos y lidiar con la abuela. Desde que nos mudamos a vivir con ella, me
hace rezar el rosario y me recrimina desde el trono de su mecedora: «¡No pongas
los pies en el sofá!». «¡Baja el volumen del televisor!». Como no tienen
dónde ir, mis padres se han resignado y la ignoran, pero me obligan a podar los
setos del jardín para contentar a la vieja. Yo, aunque preferiría no
hacerlo, obedezco y arreglo los rosales y los nardos, mientras noto en mi
pantalón el sobre con cianuro que no me decido a echar en su sopa y que me
convertiría en dueño y señor de la casa.