PESADILLA
Se durmió soñando que él
también podía volar. Pero en la duermevela divisó a un tipo con una cara muy
familiar, que en un portal muy parecido al suyo y con un llavero con la
insignia de su equipo de fútbol en la mano, abría un buzón con su nombre, lleno
de facturas y recibos. Despertó empapado en sudor.