LA
SIDRA
En el
fondo, muy en el fondo, se condensaba en un poso de placidez. Solo cuando la
agitaban burbujeaba su deseo. Sabiéndose la elegida esperaba, ansiosa, que
la aferrara esa mano para elevarla a lo más alto y vaciar todo su ser.
Dedicado a Jams y a su mujer, María Jesús. En el
Sendero del Agua, Cantabria, sidra sin aditivos, mermelada casera y lo mejor y
más difícil: personas.