BARCO
A LA VISTA
Un buque norteamericano hizo
sonar la sirena al mismo tiempo que sus caderas se acoplaban furiosas a ritmo
de merengue y sus gritos acallaban el embiste de las olas sobre las rocas del
acantilado en el momento del clímax. Mientras, un sol sangrante se hundía
dolorido en la línea del horizonte.
A Usnavy, fruto de aquella puesta de sol, que
le inmortalizaran con ese nombre nunca le hizo mucha gracia, y menos cuando
tenía que soportar las carcajadas de los funcionarios cada vez que iba a
renovar su tarjeta de identidad.