INTEMPERIE
No exagero al afirmar que
permanecí oculto una eternidad en mi universo de piedra. Durante siglos nadie
vino a molestarme; más tarde algunos trataron de perturbar mi paz, pero fueron
abandonando la tentativa, quizá no me intuyeron. Entonces llegó aquel hombre
obstinado y empezó a dar martillazos; poco a poco fue retirando el mármol que
me cubría hasta dejarme al descubierto, totalmente desnudo.
Hoy todos ensalzan mi belleza,
pero yo me mantengo alerta: cuando oscurece y me quedo solo en la galería,
desciendo del pedestal y practico con la honda: Goliat podría aparecer en
cualquier momento.