SOLEDAD
Prisioneras en celdas de cristal aguardan pacientes a ser las elegidas por sus visitantes que, según su estado de ánimo, ahogarán en ellas sus penas o las mirarán embelesados.
Contagiados de la alegría de las cautivas apurarán los últimos instantes en su compañía y mañana, olvidada la resaca, volverán al bar.