AMIGO DEL ALMA
La última alma humana que queda en este lugar lleva mucho tiempo dando tumbos desorientada. Yo permanezco fiel a su lado y le intento guiar hacia el dichoso túnel que anda buscando, pero ya hemos atravesado unos cuantos y todos estaban a oscuras. Me pregunto si se admitirá en el más allá la presencia de un amigo invisible. En caso contrario, ¿sería capaz de abandonarme?
En el horizonte diviso un destello de una luz blanquísima. Mi amigo avanza a tientas, pero yo tiro de la correa en la otra dirección: no quiero quedarme aquí solo.