sábado, 31 de enero de 2015

Un poco de sal

UN POCO DE SAL

—No creo que pueda pedirse mucho más para ser un lunes por la tarde, ¿eh, zorra? —Ramón se sube la bragueta antes de colocarse la alianza en el dedo anular—. Lo has pasado bien, ¿a que sí? —dice mientras le soba los pezones chorreantes de cera derretida—. Ah, enseguida llegará Carlitos del cole, así que ya puedes ir limpiando el desorden. Y a la próxima te pones el tanga ese que tanto me excita, ya sabes, el de camuflaje. ¡Te vas a enterar!
Maricarmen se hace una coleta, recoge el condón de su marido, prepara la merienda del chiquillo y se pregunta por qué coño se ha dejado arrastrar a este estúpido juego.