PESCA Y CAZA
«Recluida en el pozo seco,
pronto se callará», decide Bruno escondiendo detrás del acuario la
red mojada. Arrodillado con la oreja muy cerquita de la piraña, el niño cree escuchar
su boqueo. Mientras, su hermana persigue por la tienda al dependiente de ojos
aguamarina, que le explica que las tortuguitas son más sucias; que los peces
naranjas son todos idénticos y que, cuando se mueren, los pequeños de la casa
no distinguen a los intrusos en la pecera al llegar del cole.
Para cuando su hermana toda
despeinada y el dependiente de ojos aguamarina salen del almacén, el pez ha
muerto y Bruno lleva un rato dormido en el suelo.