martes, 8 de abril de 2014

Clase de gimnasia

CLASE DE GIMNASIA

Le deseé que tuviera un buen turno al pasarle el testigo y para mi sorpresa me dio un abrazo. No me soltaba el muy idiota, para qué le habré dicho nada, pensé. Desde las gradas, sonaban silbidos y abucheos. También algún insulto. Para cuando se decidió a arrancar, ya habíamos perdido toda la ventaja y quedamos los últimos clasificados.

Ya en el vestuario tuvo que soportar varios coscorrones y burlas por parte de los otros chicos. Yo no me atrevía a levantar la mirada del suelo, turbado, sintiendo un agradable latido entre las piernas que nunca antes había experimentado.