jueves, 7 de marzo de 2013

El horno


EL HORNO

Solo a las niñas guapas y a los hermanos que se las presentaban les asignaban tareas fuera del sótano. Ellas servían café y bollos calientes a los hombres uniformados que desayunaban allí y a los chicos les dejaban conducir sus furgones para repartir las mercancías. Al resto, creo que los mandaban a los hornos;  a muchos no les volví a ver.
Como tengo las manos finas y soy habilidosa, me sentaron a una mesa para rematar la producción. Pero el supervisor ha dejado caer hoy que pronto habrá traslados. Yo al horno no pienso ir, y menos ahora en verano. Mañana mismo preparo el currículum y lo envío al almacén de helados.